Un tumor es un conjunto de células de cualquier tejido que se han multiplicado descontroladamente, formando una masa anormal.
Existen básicamente dos clases de tumores:
Crecen lentamente y por lo general no se extienden a otras zonas del cuerpo.
Crecen rápidamente y muchas veces generan metástasis, es decir, migran hacia otras partes.
Los síntomas son variables, y dependen del tipo de tumor y su locali- zación. Por ejemplo, en el caso de cáncer de pulmón, puede haber tos y dificultad para respirar, mientras que en el caso de presentarse un tumor de colon, puede haber anemia ferropénica y presencia de sangre en las heces.
Los siguientes síntomas aparecen con la mayoría de los tumores:
El médico podría observar un tumor, como el cáncer de piel. Sin embargo, la mayoría de los cánceres no se pueden ver durante un examen debido a que están localizados en lo profundo del cuerpo.
Cuando se encuentra un tumor, se extrae un trozo de tejido y se examina bajo un microscopio. Esto se denomina biopsia. Esta se hace para determinar si el tumor es canceroso (maligno) o no canceroso (benigno). Según la ubicación del tumor, la biopsia puede ser un procedimiento simple o una operación seria.
Una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética (RM) puede ayudar a determinar la ubicación exacta del tumor y qué tan lejos se ha diseminado. Se usa otro examen imagenológico llamado tomografía por emisión de positrones (TEP) para encontrar ciertos tipos de tumores.
Otros exámenes que se pueden hacer incluyen:
El tratamiento puede variar, dependiendo del tipo de tumor y su localización. Muchos tumores benignos y malignos pueden extirparse mediante cirugía. En el caso de los tumores malignos, el tratamiento suele incluir también sesiones de radioterapia y/o quimioterapia.
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